El turf tiene enemigos externos e internos

 

 ¿Tras la crisis por el atraso en el pago de las subvenciones, el turf tiene un nuevo líder? Desde la semana pasada, muchos miran hacia Mariano Fragueiro para responder a esa pregunta. Fue el presidente de Propietarios quien traccionó a fondo para conseguir que el gobierno bonaerense se ponga al día con las transferencias, denuncia penal mediante.

Al abogado Fragueiro no le gusta eso de líder o héroe. El hombre ha tenido cientos de litigios en los estrados judiciales, perdiendo o ganando; aún tiene causas por resolver; la de la concesión del hipódromo de Palermo es una que no abandona. Es de los pocos que no le temen a Federico De Achaval, un empresario que está en el turf sólo por las tragamonedas. En círculos netamente hípicos no se lo siente como un par, aunque tenga colores. 

El último líder del turf fue Bruno Quintana, con quien se pudo coincidir o no, pero nunca negar que tenía claro donde había que ir y cómo llegar. Habría que remontarse a Vasquez Mansilla para encontrar una personalidad similar. Y ya que estamos, me pregunto si la industria necesita de un liderazgo o con estar unida alcanza.

La unidad llegará cuando todos coincidan en defender los intereses comunes y cuando digo todos me refiero a todos. No se puede estar de los dos lados del mostrador. No se debe ser ambiguo.

En las últimas horas fue liquidado desde la provincia dinero para pagar Fondos adeudados, con lo que pronto San Isidro anunciará  nuevas fechas para las retribuciones hípicas. Lo mismo ocurrió para Tandil y Dolores.  

Más agencias lotéricas en el interior bonaerense disponibles para el turf -a expensas de pisar cayos- una app turfística oficial (y guerra a las clandestinas), importación de apuestas desde el exterior integrándolas al totalizador, un serio cuestionamiento contra las "foráneas" y del juego ilegal están en la parrilla. 

El turf tiene gimnasia en crisis y también lo que se necesita para ser potencia hípica. Las crisis a veces sirven para individualizar amenazas o saber dónde están los adversarios. El turf tiene competencia externa y quizá rivales internos. O mejor dicho, sin quizás.